jueves, 6 de abril de 2017

Señora de rojo sobre fondo gris



Autor: Miguel Delibes

Editorial: Destino

Año: 2007

Páginas: 130

Género: Novela realista

Sinopsis: Un prestigioso pintor, sumido en una grave crisis creativa, desgrana ante su hija sus recuerdos más íntimos en un monólogo que es a la vez un homenaje y un exorcismo del dolor que siente por la muerte prematura de su esposa Ana, una mujer que con su sola presencia aligeraba la pesadumbre de vivir.

Citas:

-"No ignoro que el recurso de beber para huir es un viejo truco pero ¿conoces tú alguno más eficaz para escapar de ti mismo? Una copa acartona el recuerdo, pero, al propio tiempo, convierte la onerosa gravedad de tu cuerpo en una suerte de porosidad flotante. Pasado el trance, sobreviene el decaimiento, pero hay un medio para evitarlo: mantener en sangre una dosis de alcohol que te imbuya la impresión de que participas en la vida, de que la vida no pasa sobre el hoyo en que te pudres sin advertir que existes".

-"Sentía miedo; siempre temí las noticias de la madrugada".

-"No era una mujer devota, pero sí leal a los principios: amaba y sabía colocarse en el lugar del otro. Era cristiana y acataba el misterio. Su imagen de Dios era Jesucristo. Necesitaba una imagen humana del Todopoderoso con la que poder entenderse".

-"Amaba el libro, pero el libro espontáneamente elegido. Ella entendía que el vicio o la virtud de leer dependían del primer libro. Aquel que llegaba a interesarse por un libro se convertía inevitablemente en esclavo de la lectura. Un libro te remitía a otro libro, un autor a otro autor, porque, en contra de lo que solía decirse, los libros nunca te resolvían problemas sino que te los creaban, de modo que la curiosidad del lector siempre quedaba insatisfecha".

-"Todas las personas singulares están llenas de contradicciones".

-"Nadie tiene derecho a condicionar la vida de nadie".

-"En toda pareja existe un elemento activo y oro pasivo; uno que ejecuta y otro que se allana".

-"Veía más allá que el común de los mortales. Tenía el ojo enseñado a mirar; nació con esta intuición selectiva".

-"A su juicio, disponiendo de luz, todo lo que el artista guardaba dentro terminaría por aflorar".

-"Su indiferencia se volvió contra mi: me hizo verme pequeño y ruin; sentirme incómodo dentro de mi piel. Solía sucederme a menudo; era una forma de expiación. Sin embargo el amor propio me impedía excusarme".

-"Es algo que suele suceder con los muertos: lamentar no haberles dicho a tiempo cuánto los amabas, lo necesarios que te eran. Cuando alguien imprescindible se va de tu lado, vuelves los ojos a tu interior y no encuentras más que banalidad, porque los vivos, comparados con los muertos, resultamos insoportablemente banales".

-"Un día adviertes que aquel que te ayudó a ser quien eres se ha ido de tu lado y, entonces, te dueles inútilmente de tu ingratitud. Tal vez las cosas no puedan ser de otra manera, pero resulta difícilmente tolerable. La imposibilidad de poder replantearte el pasado y rectificarlo es una de las limitaciones más crueles de la condición humana. La vida sería más llevadera si dispusiéramos de una segunda oportunidad".

-"En la vida has ido consiguiendo algunas cosas pero has fallado en lo esencial, es decir, has fracasado. esta idea te deprime, y es entonces cuando buscas apuradamente un remedio para poder arrastrar con dignidad el futuro".

-"A los impertinentes había que tratarlos como a los perros zalameros, con una cierta dureza encubierta: acariciarles la cabeza, rascarles el entrecejo, pero impedirles a toda costa que te pusieran las patas encima".

-"Algunas mañanas no la veo, únicamente la oigo, la siento acercarse a mi por detrás, haciendo crujir las tablas de roble como solo su peso podría hacerlas crujir. Entonces intuyo que me acompaña aunque no la vea. Es claro que son visiones producidas por el alcohol, pero me valen: ya no puedo vivir sin esas visiones. Lo que nunca consiguió el alcohol es borrar la impresión de aquel beso de hielo sobre su frente muerta, el frágil cuello emergiendo de la sábana que la envolvía como un sudario".

-"Reconoció que el campo por sí solo no aliviaba la melancolía, que era preciso traer la alegría dentro para disfrutarlo".

-"En épocas fértiles no se me ocurría pensar en períodos de aridez. Imaginaba que las vacilaciones eran flaquezas pasajeras, que el talento fluía constantemente, como fluyen las aguas de un río, aunque no se note".

-"Una racha de inspiración no hacía a un artista. El artista debía ser voluntad, y aquel que creaba sin voluntad de crear era un simple instrumento del azar".

-"En el peor de los casos, yo he sido feliz 48 años; hay quien no logra serlo cuarenta y ocho horas en toda su vida".

-"Quizá fuera su capacidad para sorprender lo que me deslumbró de ella, lo que a lo largo de los años me mantuvo tenazmente enamorado".

-"Nos bastaba mirarnos y sabernos. Nada importaban los silencios, el tedio de las primeras horas de la tarde. Estábamos juntos y era suficiente. Cuando ella se fue todavía lo vi más claro:  aquellas sobremesas sin palabras, aquellas miradas sin proyecto, sin esperar grandes cosas de la vida, eran sencillamente la felicidad".

-"Solía ocurrir que la conversación fluía cuando no la buscábamos".

-"La actividad creadora es imposible si alguien no te empuja por detrás, no te lleva de la mano".

-"Era inútil tratar de restituir de golpe lo que uno ha recibido a lo largo de una vida".

-"Esta sensación de fracaso, de verme de pronto sin nada por haberlo deseado todo, era una sensación que ya había experimentado de niño, una especie de castigo a mi ambición".

-"Me tomaba un valium de diez con dos vasos de vino de postre. Esta combinación, tan denostada por los médicos, producía efecto prodigiosos: me serenaba y, simultáneamente, ahuecaba mi cuerpo, lo tornaba leve y flotante. En ese momento, el único del día, todo volvía a ser posible; la vida y la muerte estaban en el filo de una navaja".


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