viernes, 19 de marzo de 2021

Carta a un niño que no llegó a nacer

 


Autor: Oriana Fallaci

Editorial: Discolibro, S.A.

Año: 1977

Páginas: 136

Género: Relato

Sinopsis: La maternidad de la mujer soltera y su libre aceptación, con todo lo que ello implica en una sociedad injusta, machista y mantenedora de una doble moralidad. Un libro que plantea el problema no como una exposición de argumentos de quien se considera en posesión de la verdad, sino como una búsqueda angustiosa en la que se mezclan la duda y la esperanza, y es al mismo tiempo una vivencia y un testimonio.

Citas:

-"¡La vida es tan ardua, niño!. Es una guerra que se repite cada día, y sus momentos de alegría son breves paréntesis que se pagan a elevado precio".

-"Nada es peor que la nada".

-"Nuestra lógica está llena de contradicciones. Apenas afirmas una cosa ya ves su contraria. Y hasta puede ocurrir que te des cuenta de que lo contrario es tan válido como lo que antes afirmabas".

-"El pecado no nació el día en que Eva cogió una manzana: ese día nació una espléndida virtud llamada desobediencia".

-"La maternidad no es un oficio y tampoco un deber, sino un simple derecho entre tantos otros".

-"Batirse es mucho más hermoso que vencer; viajar, mucho más divertido que llegar: cuando has llegado o has vencido, adviertes un gran vacío. Y para superar ese vacío debes emprender viaje nuevamente, debes crearte otras metas".

-"Ser un hombre no significa tener una cola delante; significa ser una persona. La palabra persona es una palabra estupenda porque no pone límites a un hombre o a una mujer".

-"El corazón y el cerebro no tienen sexo, y tampoco la conducta".

-"Sería como empujarte al engaño, como inducirte a creer que la vida es una blanda alfombra sobre la cual se puede caminar descalzo, y no un camino pedregoso, niño. Con las piedras de ese camino uno tropieza, y al caer se hiere. De estas piedras hemos de protegernos con zapatos de hierro. Y ni siquiera eso es suficiente, porque mientras te proteges los pies, alguien recoge siempre una piedra para tirártela a la cabeza".

-"Nada amenaza tanto tu libertad como el misterioso impulso que una criatura siente hacia otra. Por ejemplo, un hombre hacia una mujer o una mujer hacia un hombre. No hay ligaduras, cadenas ni barreras que te obliguen  a una esclavitud más ciega, a una impotencia más desesperada".

-"Amor es lo que experimenta una mujer hacia su hijo cuando lo toma en brazos y lo siente solo, inerme, indefenso. Por lo menos mientras es inerme e indefenso no te insulta, no te decepciona".

-"Los enamorados que están lejos uno de otro, se consuelan con las fotografías".

-"Esa llamada telefónica que ha renovado amarguras que yo creía olvidadas y ofensas que consideraba superadas. Unas y otras me fueron infligidas por fantasmas gracias a los cuales comprendí que el amor es un enredo, una estafa. Las heridas se han cerrado y las cicatrices son apenas visibles, pero basta una llamada telefónica así para que vuelvan a doler".

-"Nunca dos desconocidos que compartían el mismo cuerpo fueron recíprocamente tan desconocidos ni estuvieron tan lejos el uno del otro".

-"Lo poco que sentía hacia él se ha extinguido en dos conversaciones telefónicas. Más aún: en el hecho mismo de que me haya hablado por teléfono en vez de hacerlo cara a cara".

-"Sólo quien ha llorado mucho puede apreciar los aspectos bellos de la vida y reír a gusto. Llorar es fácil; reír, difícil".

-"Una persona no puede bastarse a sí misma en soledad. Si lo intenta, enloquece. En el mejor de los casos, fracasa. De vez en cuando, alguien prueba y huye al bosque o al mar jurando que no necesita de los demás, que los demás no volverán a encontrarlo nunca. Pero lo encuentran. O incluso es él quien regresa. Y así, derrotado, vuelve a formar parte del hormiguero, del engranaje, para buscar en él desesperadamente su libertad".

-"Quedarás encadenado a mi por la esclavitud de los afectos y las añoranzas".

-"La familia es una mentira construida por quien organizó este mundo para poder controlar mejor a la gente y explotar mejor la obediencia a las normas y a las leyendas".

-"La familia no es más que el portavoz de un sistema que no puede permitirse desobedecer. Sólo existen grupos de hombres, mujeres y niños obligados a llevar el mismo nombre y a vivir bajo el mismo techo, a menudo detestándose, odiándose. Y también existen la añoranza y las ataduras. Nunca puedes librarte de ellas, incluso si lo intentas con toda la fuerza de tu voluntad y de tu lógica. Acaso crees haber logrado superarlas cuando, un día, vuelven a aflorar irremediablemente, y más despiadadas que cualquier verdugo, te anudan al cuello una soga y te estrangulan".

-"Las leyes de los prepotentes sólo ofrecen una ventaja: puedes reaccionar contra ellas luchando y muriendo".

-"Cualquiera que sea el sistema en que vivas, no puedes rebelarte contra una ley que otorga siempre la victoria al más fuerte, al más prepotente, al menos generoso".

-"Te explicarán un montón de cuentos acerca de la necesidad, la alegría y la dignidad del trabajo. No les creas jamás. Se trata de otra mentira inventada para conveniencia de quien organizó este mundo. Trabajas siempre para alguien, nunca para ti mismo. Trabajas siempre con fatiga, nunca con alegría. Y jamás en el momento que te apetece".

-"Aunque no obedezcas a nadie y te dediques al arte, es decir, te liberes, debes plegarte a las exigencias o los avasallamientos de otros".

-"Ser buenos o malos no viene a cuento; aquí la vida no depende de eso sino de una relación de fuerzas basada en la violencia".

-"Hay siempre alguien que se come a otro para sobrevivir, desde los hombres hasta los peces. Sólo plantas y árboles no devoran a nadie; se alimentan de agua, de sol y de nada más. Pero, a veces, se roban entre ellos el sol y el agua, ahogándose y exterminándose unos a otros".

-"En cualquier sistema que nazcas, bajo cualquier ideología, siempre hay un fulano que limpia la alfombra de otro. Nunca encontrarás un sistema, una ideología, que pueda cambiar un sistema, una ideología, que pueda cambiar el corazón de los hombres y borrar de él la maldad".

-"Mi ira se transfirió a todos aquellos que creen ayudarte mediante las leyes del hormiguero, con su arbitrario concepto acerca de lo justo y lo injusto".

-"Entre un hombre y una mujer, eso que llaman amor es una estación. Y si el germinar de esa estación es toda una fiesta de verdor, al marchitarse no queda más que un montón de hojarasca".

-"La voz de la sangre no existe; es un invento. Madre no es la que te lleva en el vientre, sino la que te cría. O el que te cría".

-"Admite su cobardía, producto de su condición de hombre, pero por lo mismo reclama ser absuelto".

-"Sólo cuando uno se respeta a sí mismo puede exigir el respeto de los demás, y sólo cuando uno cree en sí mismo los demás pueden creerle".

-"En el fondo, la valentía es optimismo. Yo no era optimista porque no era valiente".

-"Estaba preparada, resignada, convencida de que no iba a reaccionar porque todo cuanto tenía que decir ya lo había dicho; todo cuanto tenía que sufrir ya lo había sufrido. Pero cuando empezó la ceremonia comprendí que nunca estaría preparada, nunca".

-"El embarazo no es un castigo infligido por la naturaleza para hacer pagar el éxtasis de un momento".

-"No hay que tener miedo a la verdad".

-"La verdad está hecha de muchas verdades diferentes".

-"Uno se agota para obtener una riqueza, un amor o una libertad; uno se fatiga para conquistar un derecho que le corresponde y, cuando lo ha obtenido, no se alegra. O lo malgasta o lo ignora, pensando incluso que le gustaría volver atrás, comenzar nuevamente las batallas y los sufrimientos. Ver realizado un sueño lo hace sentirse perdido".

-"Debo apagar la compasión hacia mí misma, y convencerme de que el dolor no es la sal de la vida. La sal de la vida es la felicidad, y la felicidad existe: consiste en darle caza".

-"La dureza de una pena que hemos soportado sólo se siente cuando nos hemos librado de ella y, asombrados exclamamos: ¿cómo hice para soportar semejante infierno?".

-"La vida resulta extraordinaria, pues cicatriza las heridas a loca velocidad. Si no quedasen las cicatrices no recordaríamos siquiera que de allí manó sangre. Además, incluso las cicatrices desaparecen. Palidecen y acaban borrándose".


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