viernes, 3 de septiembre de 2021

El abuelo que saltó por la ventana y se largó

 

Autor: Jonas Jonasson

Editorial: Publicaciones y Ediciones Salamandra, S.A.

Año: 2012

Páginas: 416

Género: Humor

Sinopsis: Momentos antes de que empiece la pomposa celebración de su centésimo cumpleaños, Allan Karlsson decide que nada de eso va con él. Vestido con su mejor traje y unas pantuflas, se encarama a una ventana y se fuga de la residencia donde vive, dejando plantados al alcalde y a la prensa local.
Sin saber adónde ir, se encamina a la estación de autobuses, el único sitio donde es posible pasar desapercibido. Allí, mientras espera la llegada del primer autocar que se presente, un joven le pide que vigile su maleta, con la mala fortuna de que el bus llega antes de que el joven regrese y Allan, sin pensarlo dos veces, se sube con la maleta, ignorante de que en su interior se apilan, ¡santo cielo!, millones de coronas en efectivo. Pero Allan no es una persona fácil de amilanar. A lo largo de su centenaria vida ha tenido un montón de experiencias de lo más singulares: desde inverosímiles encuentros con personajes como Franco, Stalin y Churchill, hasta amistades comprometedoras como la esposa de Mao, pasando por actividades de alto riesgo...

Citas:

-"No se imaginaba de cuántas personas había que salvar a la nación, de muchísimas: judíos y gitanos y negros y medio negros y deficientes mentales y suma y sigue".

-"Como era sabido, cualquier revolución llevaba a otra de signo contrario".

-"La venganza no es buena consejera. Es como la política: una cosa lleva a la otra y al final lo malo se convierte en peor y lo peor en nefasto".

-"En el camino se encontró con más negros de los que había soñado. Sin embargo, a partir del primero perdió el interés. Al final resultó que la única diferencia era el color de piel, además de que todos hablaban idiomas raros, pero eso también lo hacían los blancos".

-"En cuanto a la fe, siempre había pensado que si no se tiene ninguna certeza, no vale la pena ir por ahí haciendo cábalas".

-"De hecho, ni siquiera sabía si era de izquierdas o de derechas. De uno de los dos bandos sería, desde luego, porque si algo había aprendido Allan a lo largo de su vida era que la gente se empeñaba en pensar de una manera o de otra".

-"Lo que tenía que ocurrir, ocurría, no valía la pena elucubrar de antemano".

-"Le quitaba importancia diciendo que no es tan difícil hacerse el tonto cuando realmente lo eres. Allan admitió que no sabía cuán difícil o fácil era, porque los tontos que había conocido hasta entonces siempre habían intentado pasar por lo contrario".

-"Así funcionaban las cosas en la vida: lo correcto no era necesariamente lo correcto, sino lo que el que mandaba decía que era correcto".

-"No hay nada que dure para siempre, salvo, tal vez, la estupidez generalizada".


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